09 mayo 2008

millerianas

“Sueño con un nuevo mundo magnífico y deslumbrante que se derrumba en cuanto se encienden las luces. Un mundo que se desvanece, pero no muere, porque basta con que me quede inmóvil otra vez y que mire fijamente y con los ojos bien abiertos a la oscuridad para que reaparezca... Así pues, hay en mí un mundo que es totalmente diferente de cualquier mundo que conozco. No creo que sea propiedad mía exclusiva: lo único que es exclusivo es mi ángulo de visión, en el sentido de que es único. Si hablo el lenguaje de mi visión única nadie entiende; puede erigirse el edificio más colosal y, aún así, éste puede permanecer aún invisible. Esa idea me obsesiona. ¿De qué servirá construir un templo invisible?”
(Henry Miller, Sexus, 1965)