23 junio 2008

after a fight








Mi amigo Mike, después de una pelea. (dibujado en el Graffitti Wall de Facebook)

03 junio 2008

"Mientras dure la satisfacción". Identidad y comunidad líquidas.


“...la gente inmersa en batallas de identidad teme más a la victoria definitiva que a una sucesión de derrotas."
Zygmunt Bauman.


Estoy leyendo "Comunidad. En busca de seguridad en un mundo hostil", de Zygmunt Bauman. Es lo primero que leo de él, a pesar de encontrarme en los últimos tiempos con una seguidilla impresionante de citas a sus obras, (especialmenta a los libros: Vida líquida, Tiempo líquido, y Amor líquido). Voy entrando de a poco en su teoría de la "fluidez" contemporánea, y me tiene enganchada.
En estos párrafos que transcrbí deja ver el poder que cobra la estética por sobre el de la ética en la construcción contemporánea de la identidad, y su ligazón con el consumo y lo efímero ("El gusto personal se eleva a un ethos total; eres lo que te gusta y lo que, por tanto, compras", Pountain y Robins). La idea de "comunidad" (ese ideal inalcansable pero irrenunciable a la vez) pasa a ser un paradójico manto de aprobación a la elección individual, que cobija mientras sea necesario, y nos deja libres cuando pase el entusiasmo.

Tres párrafos del libro (las negritas son mías):



“...la gente inmersa en batallas de identidad teme más a la victoria definitiva que a una sucesión de derrotas. La construcción de la identidad es un proceso inacabable y siempre incompleto y debe seguir siéndolo para cumplir con su promesa (o, más exactamente, para mantener la credibilidad de su promesa de cumplimiento). En la política de la vida que envuelve la lucha por la identidad, lo que está en juego es ante todo la autocreación y la autoafirmación, y la libertad de elegir es, simultáneamente, el arma principal y el premio más codiciado. La victoria definitiva liquidaría de un sólo golpe lo que está e juego, decomisaría las armas y anularía el premio. Para evitar esa eventualidad, la identidad debe permanecer flexible y siempre susceptible de ulterior experimentación y cambio; debe ser, verdaderamente, un tipo de identidad “hasta nuevo aviso”. La facilidad para deshacerse de una identidad en el instante en que deja de satisfacer o es privada de su atractivo por la competencia de otras identidades en oferta, distintas y más seductoras, es mucho más vital que el “realismo” de la identidad que se está buscando o de la que uno se ha apropiado y disfruta momentáneamente.

“Los mismos rasgos debe poseer la “comunidad”, cuyos usos principales son confirmar, en virtud del impresionante poder del número, lo adecuado de la elección actual, y prestar parte de su gravedad a la identidad a la que confiere el sello de “aprobación social”. Debe ser tan fácil de desmontar como fácil ha sido de componer. Debe ser y permanecer flexible, sin ser nunca nada más que “hasta nuevo aviso” y “mientras dure la satisfacción”. Su creación y desmantelamiento deben ser determinados por las elecciones que toman quienes la componen: por sus decisiones de prestarle o retirarle su fidelidad. En ningún caso debe ser irrevocable la fidelidad una vez declarada: el lazo que crean las elecciones no debe perturbar, y no digamos excluir, diferentes elecciones posteriores. El lazo que se busca no debe ser vinculante para quienes lo encuentran. Para utilizar las famosas metáforas de Weber, lo que se busca es una capa ligera, no una jaula de hierro.

“Estos requisitos son los que cumple la comunidad de la Crítica del juicio: la comunidad estética de Kant. La identidad parece compartir un estatuto existencial con la belleza: al igual que la belleza, no tiene más fundamento que el de un acuerdo ampliamente compartido, explícito o tácito, expresado en una aprobación consensual del juicio o en un comportamiento uniforme. Al igual que la belleza se reduce a la experiencia artística, la comunidad en cuestión se produce y consume en el “círculo cálido” de la experiencia. Su “objetividad” se teje enteramente y a partir de los frágiles hilos de los juicios subjetivos, aunque el hecho de que sean tejidos conjuntamente da a esos juicios un barniz de objetividad."

Bauman, Zygmunt, Comunidad. En busca de seguridad en un mundo hostil, Siglo XXI, Madrid, 2003. Pág 78, 79.


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